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¿Cómo crear distintos tipos de personajes? ¿Cómo crear distintos tipos de personajes?
  Hay algo que va más allá con tus personajes y que muy pocos conocen, no nos referimos a rasgos distintivos, características, comportamientos, no, nada de... ¿Cómo crear distintos tipos de personajes?

 

[dropcaps]H[/dropcaps]ay algo que va más allá con tus personajes y que muy pocos conocen, no nos referimos a rasgos distintivos, características, comportamientos, no, nada de eso. Nos referimos a los distintos niveles de relación que tienes con tus personajes.

Sin embargo, en este caso, tampoco nos referimos a las diferencias psicológicas, culturales, sociales, intelectuales e incluso físicas que separan al escritor de los personajes que ha creado.

Si quieres construir tipos de personaje potentes y espectaculares, debes relacionarte firmemente con ellos. Aquí te dejamos tres niveles de relación:

 

#1. El escritor superior al personaje

No solo eres superior, sino que los manejas como quieres. Conoces a la perfección sus pensamientos, sentimientos y reacciones.

Esta relación te sirve para crear:

  • Protagonistas simples y personajes principales sin muchas pretensiones.
  • Secundarios graciosos: todos sabemos quiénes son, están en casi todas las comedias livianas de Hollywood.
  • Personajes curiosos o cómicos: son personajes sin peso en la historia central pero que dan una pincelada de color en algún pasaje que parece neutro o sin relevancia.
  • Personajes “besugo”: personajes con nula identidad, que sólo aparecen en la historia para revelar una información concreta y determinante para los acontecimientos (policías, periodista, detective…) En algunos casos estos tipos de personaje también pueden estar en un nivel #3 que veremos en el último apartado.

Truco: para no caer en estereotipos previsibles, identifica una cualidad positiva y un defecto de estos tipos de personaje y ¡dales la vuelta! Convierte su defecto en algo simpático y su virtud en algo grotesco. Es rápido, simple y eficaz.

Ten en cuenta que no debes gastar mucha energía ni tiempo en su diseño, pero esfuérzate en otorgarles, al menos, su 15 minutos de fama.

El tratamiento de los diferentes tipos de personaje puede marcar la diferencia entre una buena y una mala historia.

 

#2. El Escritor al mismo nivel que su personaje

Le conoces bien, sabes cómo piensa, cómo actúa, puedes prever su comportamiento… aunque a veces la situación se te va de las manos y sorprende con una frase especialmente ingeniosa más allá de la esperada.

Estarás a cada momento preguntándote ¿actuaría de ese modo en una situación similar? ¿Diría esto y de esta manera?

Al pertenecer a los tipos de personaje más parecidos a tu propia psicología, será lo más habitual que te relaciones a este nivel con la gran mayoría de ellos; en especial con tus protagonistas y personajes principales.

Algo que debemos tener en cuenta:

Truco: Cuanto más auténticos son los conflictos internos en estos tipos de personaje, más potente, auténtica y eficaz será tu historia.

Ejemplos de niveles de relación:

  • Protagonistas: estudia y aprende sus mejores y peores cualidades. A la hora de diseñarlos escribe su autobiografía con lujo de detalles, aunque no utilicemos todos los datos en nuestra historia.
  • Ayudantes útiles: no sólo acompañarán a los personajes principales, también les salvarán la vida y/o les ayudarán a crecer.
  • Parejas sentimentales: en este caso es indispensables en cualquier historia. Pueden comenzar incluso siendo antagonistas o personajes obstáculo o desconocidos. Su relación con el protagonista debería estar al mismo nivel o superior, no es recomendable que esté a un nivel inferior.
  • Antagonistas poderosos: este tipo de personajes, tal vez, no sean necesarios para los ayudantes del antagonista, pero al enemigo o rival de tu personaje principal debes conocerle al detalle. Está a su mismo nivel como mínimo.
  • Secundarios de peso: es bueno contar con algunos personajes secundarios con cierta entidad.

Truco: Que los enemigos no sólo estén al mismo nivel, sino que al poseer más y mejor información, o bien posición social, o bien recursos tecnológicos, económicos o todo ello a la vez, superen siempre al protagonista. El mérito al vencer siempre será mayor.

Algo muy positivo de estos personajes es que pueden ayudarte a profundizar mejor en ti mismo: al ponerles en situaciones que no se suelen dar en la vida real, puedes intuir cómo reaccionarías tú mismo.

También suelen ser personajes muy frescos, cercanos a ti y tu forma de pensar, sentir, hablar y comportarte, siempre tendrán ese componente de cercanía y naturalidad. Pero recuerda: la ficción es ficción y tu personaje, por muy parecido a ti que sea, hará cosas que tu no harás. ¡Esa es la magia de escribir!

Dedícale algo de tiempo a su creación. Ten en cuenta que, junto a la frescura que respiran, tenemos en las manos personajes con posibilidades de empatizar con nuestros lectores.

Pero mucho cuidado con tener esta misma relación con todos los tipos de personaje! A esto nos referíamos al principio del artículo…

No caigas en la trampa de poner a todos los personajes a tu mismo nivel psicológico

 

#3: El Escritor a un nivel inferior al personaje

Tal vez necesites crear a un personaje muy complejo que, bajo ningún punto de vista, se comporta, ni reacciona, ni piensa como lo haríamos nosotros bajo circunstancias similares. Son, recordemos, personajes con un nivel de inquietudes, traumas, complejos o virtudes y cualidades para nada emparentadas en nosotros.

Como te decíamos anteriormente, cuando te pones a escribir:

Atrévete a desarrollar personajes que están por encima de tu nivel de comprensión

Eso dará una nueva dimensión a nuestra obra. Nuestros personajes no sólo serán magnéticos, también vivirán su propia vida y harán cosas que nosotros no hemos podido hacer.. Te conducirán por caminos desconocidos y ensancharán los horizontes de nuestra historia. Reaccionarán según su propia personalidad.

En segundo lugar, es posible que ellos te muestren algo de ti. El trabajar con personajes por encima del propio nivel de comprensión, puede estimular o despertar partes desconocidas de nuestra propia personalidad oculta.

Truco: apuesta fuerte con los retos de tu protagonista. Además de ser capaz de superar mayores obstáculos, sin duda será un personaje infinitamente más interesante. Esto lo hará mucha más creíble, accesible y humano al posicionarse en un lugar intermedio.

Truco: estos personaje son útiles, además, a la hora de las apariciones estelares de nuestros personajes besugo. Puede que necesites diseñar a un ingeniero físico, al dueño de una gran empresa o al emperador de un reino con poder para desencadenar una gran guerra.

 

Como es altamente posible que no seas nada de eso deberías investigar y documentarte para saber cómo piensan, sienten y hablan dichos personajes.

Y también al contrario de lo que pueda parecer, no inviertas demasiado tiempo en comprenderlos racionalmente. Simplemente elabora un ejercicio de imaginación, pero sin demorarte en exceso. Este tipo de personajes nos exigirá mucho, pero también serán unos valiosos complemente a la hora de desarrollar nuestra historia:

Recuerda que será su propia complejidad la que creará situaciones y escenas sorprendentes.

 

Fuente: Alejandro Quintana El oficio del escritor

 

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